Gesamtlänge aller Episoden: 6 hours 35 minutes
El humorista saborea con las orejas, oye con el pecho, ve con las manos, huele con las rodillas y palpa con los ojos. Sus contradicciones y sinsentidos resultan tener todo el sentido del mundo, pues habla de las sensaciones universales poniendo como ejemplos casos absurdos que también son coherentes.
Javier Cansado nació en 1957 en el madrileño barrio de Carabanchel y siempre fue un “Ilustre Ignorante”...
El humorista saborea con las orejas, oye con el pecho, ve con las manos, huele con las rodillas y palpa con los ojos. Sus contradicciones y sinsentidos resultan tener todo el sentido del mundo, pues habla de las sensaciones universales poniendo como ejemplos casos absurdos que también son coherentes.
Javier Cansado nació en 1957 en el madrileño barrio de Carabanchel y siempre fue un “Ilustre Ignorante”...
Una buena olla de berzas, con tocino y pringá o unos huevos con patatas fritas, tomate y pimiento. El cantaor recuerda los olores de la comida de su infancia y los que aún le siguen entusiasmando. Recuerda a la perfección la primera vez que tocó la piel de su hija Desiré y dice que, pese a ser andaluz, no hay nada que más le guste que los paisajes del norte de España. Eso sí, siempre acompañado de un buen sonido flamenco.
José Mercé nació en Jérez de la Frontera, Cádiz, en 1955...
Una buena olla de berzas, con tocino y pringá o unos huevos con patatas fritas, tomate y pimiento. El cantaor recuerda los olores de la comida de su infancia y los que aún le siguen entusiasmando. Recuerda a la perfección la primera vez que tocó la piel de su hija Desiré y dice que, pese a ser andaluz, no hay nada que más le guste que los paisajes del norte de España. Eso sí, siempre acompañado de un buen sonido flamenco.
José Mercé nació en Jérez de la Frontera, Cádiz, en 1955...
Una buena olla de berzas, con tocino y pringá o unos huevos con patatas fritas, tomate y pimiento. El cantaor recuerda los olores de la comida de su infancia y los que aún le siguen entusiasmando. Recuerda a la perfección la primera vez que tocó la piel de su hija Desiré y dice que, pese a ser andaluz, no hay nada que más le guste que los paisajes del norte de España. Eso sí, siempre acompañado de un buen sonido flamenco.
José Mercé nació en Jérez de la Frontera, Cádiz, en 1955...
Una buena olla de berzas, con tocino y pringá o unos huevos con patatas fritas, tomate y pimiento. El cantaor recuerda los olores de la comida de su infancia y los que aún le siguen entusiasmando. Recuerda a la perfección la primera vez que tocó la piel de su hija Desiré y dice que, pese a ser andaluz, no hay nada que más le guste que los paisajes del norte de España. Eso sí, siempre acompañado de un buen sonido flamenco.
José Mercé nació en Jérez de la Frontera, Cádiz, en 1955...
Una buena olla de berzas, con tocino y pringá o unos huevos con patatas fritas, tomate y pimiento. El cantaor recuerda los olores de la comida de su infancia y los que aún le siguen entusiasmando. Recuerda a la perfección la primera vez que tocó la piel de su hija Desiré y dice que, pese a ser andaluz, no hay nada que más le guste que los paisajes del norte de España. Eso sí, siempre acompañado de un buen sonido flamenco.
José Mercé nació en Jérez de la Frontera, Cádiz, en 1955...
Qué tendrá el mediterráneo que siembra la nostalgia en todos los que pasaron los veranos de su infancia cerca del mar. El escritor y humorista es capaz de cerrar los ojos y volver a aquellos veranos eternos rodeados de primos y familia. Los años han pasado y ahora a las que mantiene muy cerca son a su mujer y a su hija, que le calman y le recuerdan lo que es el amor. Los placeres los sirve en copa de cristal y reconoce sin pudor que nadie le ha hecho sentir tanto como Enrique Morente...
Qué tendrá el mediterráneo que siembra la nostalgia en todos los que pasaron los veranos de su infancia cerca del mar. El escritor y humorista es capaz de cerrar los ojos y volver a aquellos veranos eternos rodeados de primos y familia. Los años han pasado y ahora a las que mantiene muy cerca son a su mujer y a su hija, que le calman y le recuerdan lo que es el amor. Los placeres los sirve en copa de cristal y reconoce sin pudor que nadie le ha hecho sentir tanto como Enrique Morente...
Qué tendrá el mediterráneo que siembra la nostalgia en todos los que pasaron los veranos de su infancia cerca del mar. El escritor y humorista es capaz de cerrar los ojos y volver a aquellos veranos eternos rodeados de primos y familia. Los años han pasado y ahora a las que mantiene muy cerca son a su mujer y a su hija, que le calman y le recuerdan lo que es el amor. Los placeres los sirve en copa de cristal y reconoce sin pudor que nadie le ha hecho sentir tanto como Enrique Morente...