Gesamtlänge aller Episoden: 6 hours 35 minutes
Qué tendrá el mediterráneo que siembra la nostalgia en todos los que pasaron los veranos de su infancia cerca del mar. El escritor y humorista es capaz de cerrar los ojos y volver a aquellos veranos eternos rodeados de primos y familia. Los años han pasado y ahora a las que mantiene muy cerca son a su mujer y a su hija, que le calman y le recuerdan lo que es el amor. Los placeres los sirve en copa de cristal y reconoce sin pudor que nadie le ha hecho sentir tanto como Enrique Morente...
Qué tendrá el mediterráneo que siembra la nostalgia en todos los que pasaron los veranos de su infancia cerca del mar. El escritor y humorista es capaz de cerrar los ojos y volver a aquellos veranos eternos rodeados de primos y familia. Los años han pasado y ahora a las que mantiene muy cerca son a su mujer y a su hija, que le calman y le recuerdan lo que es el amor. Los placeres los sirve en copa de cristal y reconoce sin pudor que nadie le ha hecho sentir tanto como Enrique Morente...
En casa de Miguel, a veces, había fiesta. El olor del pan dulce en el horno lo anunciaba. Eran tiempos de escasez y aquellos días en los que su madre preparaba aquella receta, eran siempre el preludio de buenas noticias. Para el cantaor "el flamenco es el alimento del alma" y, lo que más le gusta escuchar, es la risa de su hijo o las carcajadas de la gente o el silencio o una buena canción...
En casa de Miguel, a veces, había fiesta. El olor del pan dulce en el horno lo anunciaba. Eran tiempos de escasez y aquellos días en los que su madre preparaba aquella receta, eran siempre el preludio de buenas noticias. Para el cantaor "el flamenco es el alimento del alma" y, lo que más le gusta escuchar, es la risa de su hijo o las carcajadas de la gente o el silencio o una buena canción...
En casa de Miguel, a veces, había fiesta. El olor del pan dulce en el horno lo anunciaba. Eran tiempos de escasez y aquellos días en los que su madre preparaba aquella receta, eran siempre el preludio de buenas noticias. Para el cantaor "el flamenco es el alimento del alma" y, lo que más le gusta escuchar, es la risa de su hijo o las carcajadas de la gente o el silencio o una buena canción...
En casa de Miguel, a veces, había fiesta. El olor del pan dulce en el horno lo anunciaba. Eran tiempos de escasez y aquellos días en los que su madre preparaba aquella receta, eran siempre el preludio de buenas noticias. Para el cantaor "el flamenco es el alimento del alma" y, lo que más le gusta escuchar, es la risa de su hijo o las carcajadas de la gente o el silencio o una buena canción...
En casa de Miguel, a veces, había fiesta. El olor del pan dulce en el horno lo anunciaba. Eran tiempos de escasez y aquellos días en los que su madre preparaba aquella receta, eran siempre el preludio de buenas noticias. Para el cantaor "el flamenco es el alimento del alma" y, lo que más le gusta escuchar, es la risa de su hijo o las carcajadas de la gente o el silencio o una buena canción...
Nacida en el seno de una familia de artistas, la cantante acude a sus raíces, a su hogar, a la hora de seleccionar los cinco recuerdos que la identifican. Los veranos en Almuñecar tenían un olor especial, un olor que todos los Morente sabrían identificar a la perfección. Ese y el del ajoblanco de su madre, la bailaora Aurora Carbonell. Podría pasarse horas mirando a la Alhambra y dice que nunca se cansará de escuchar la voz de su padre. Ya sea hablada o cantada...
Nacida en el seno de una familia de artistas, la cantante acude a sus raíces, a su hogar, a la hora de seleccionar los cinco recuerdos que la identifican. Los veranos en Almuñecar tenían un olor especial, un olor que todos los Morente sabrían identificar a la perfección. Ese y el del ajoblanco de su madre, la bailaora Aurora Carbonell. Podría pasarse horas mirando a la Alhambra y dice que nunca se cansará de escuchar la voz de su padre. Ya sea hablada o cantada...
Nacida en el seno de una familia de artistas, la cantante acude a sus raíces, a su hogar, a la hora de seleccionar los cinco recuerdos que la identifican. Los veranos en Almuñecar tenían un olor especial, un olor que todos los Morente sabrían identificar a la perfección. Ese y el del ajoblanco de su madre, la bailaora Aurora Carbonell. Podría pasarse horas mirando a la Alhambra y dice que nunca se cansará de escuchar la voz de su padre. Ya sea hablada o cantada...