Gesamtlänge aller Episoden: 6 days 1 hour 42 minutes
Como ya decíamos, al miedo se le conocen dos únicos antídotos: la inocencia y el amor. Nacemos, vivimos y morimos entre esas dos fuerzas. Temer o amar. El miedo intentando aniquilar el amor. El amor batallando contra el miedo. Imaginamos el amor como el estado más puro al que podamos aspirar. Una emoción sin mancha que nos salvará. Pero ese amor ,esa emoción con mayúsculas se vende cara. Toda nuestra vida es la persecución interna de esa paz...
Como ya decíamos, al miedo se le conocen dos únicos antídotos: la inocencia y el amor. Nacemos, vivimos y morimos entre esas dos fuerzas. Temer o amar. El miedo intentando aniquilar el amor. El amor batallando contra el miedo. Imaginamos el amor como el estado más puro al que podamos aspirar. Una emoción sin mancha que nos salvará. Pero ese amor ,esa emoción con mayúsculas se vende cara. Toda nuestra vida es la persecución interna de esa paz...
Como ya decíamos, al miedo se le conocen dos únicos antídotos: la inocencia y el amor. Nacemos, vivimos y morimos entre esas dos fuerzas. Temer o amar. El miedo intentando aniquilar el amor. El amor batallando contra el miedo. Imaginamos el amor como el estado más puro al que podamos aspirar. Una emoción sin mancha que nos salvará. Pero ese amor ,esa emoción con mayúsculas se vende cara. Toda nuestra vida es la persecución interna de esa paz...
Al miedo se le conocen dos únicos antídotos. El primero es la inocencia. Por eso los fantasmas, que suelen ser seres más tristes que terroríficos, suelen perdonarnos cuando somos niños. Pero luego crecemos y la capa que nos protegía empieza a mancharse de vida, de tiempo, de desilusión. Entonces, los fantasmas abren la boca, exhalan su grito y empieza la cacería. Ya nunca volveremos a ser inocentes. Nunca volveremos a ser niños. Con una excepción: cuando dormimos...
Al miedo se le conocen dos únicos antídotos. El primero es la inocencia. Por eso los fantasmas, que suelen ser seres más tristes que terroríficos, suelen perdonarnos cuando somos niños. Pero luego crecemos y la capa que nos protegía empieza a mancharse de vida, de tiempo, de desilusión. Entonces, los fantasmas abren la boca, exhalan su grito y empieza la cacería. Ya nunca volveremos a ser inocentes. Nunca volveremos a ser niños. Con una excepción: cuando dormimos...
Al miedo se le conocen dos únicos antídotos. El primero es la inocencia. Por eso los fantasmas, que suelen ser seres más tristes que terroríficos, suelen perdonarnos cuando somos niños. Pero luego crecemos y la capa que nos protegía empieza a mancharse de vida, de tiempo, de desilusión. Entonces, los fantasmas abren la boca, exhalan su grito y empieza la cacería. Ya nunca volveremos a ser inocentes. Nunca volveremos a ser niños. Con una excepción: cuando dormimos...
9 de julio de 2007, Las Rozas (Madrid) "El Solitario" planea su próximo atraco. Es el criminal más buscado de España. Un importante número de policías españoles y portugueses le siguen el rastro desde hace semanas, se trata de "la operación Gloria".
Un caso narrado por la periodista Neus Sala...