Paso a Paso a la Eternidad.

ANHELEMOS QUE OTROS SEAN RECONOCIDOS Darse crédito de una victoria, de un logro o de una hazaña está impregnada en la mente y en el corazón de las personas, ya que cada uno busca como sobresalir y ser reconocido para aumentar su ego y sacar pecho entre los que le rodean. Con ese anhelo de reconocimiento personal, algunos inclusive tratan de apoderarse de las victorias, logros o hazañas de otros para sobresalir aún más, y así su nombre no pase desapercibido entre los hombres. El deseo de ser reconocido por los demás, en si no es malo, se vuelve malo cuando el ego se apodera completamente de la mente y el corazón de los hombres, tanto que no le importa usurpar los logros de otros con tal de sobresalir. El deseo de sobresalir por encima de otros, no es propia de un seguidor de Cristo, por lo contrario, la actitud del creyente debe ser dócil y pasiva, que no busca reconocimientos personales, sino que anhela que otros sobresalgan por encima de él. La actitud del creyente debe ser como la de Joab, uno de los capitanes del ejército del rey David: “Mientras tanto, Joab luchaba contra la ciudad de Rabá, la capital de Amón, y tomó las fortificaciones reales. Entonces Joab envió mensajeros a David para decirle: «He peleado contra Rabá y he capturado el suministro de agua. Ahora traiga al resto del ejército y tome la ciudad, de lo contrario yo seré quien la conquiste y reciba el reconocimiento por la victoria.” 2 Samuel 12:26-28 NTV. Joab, el comandante del ejército israelí, prácticamente había conquistado Rabá, la capital del reino de Amón, pero antes de asentar esa conquista, envió un mensaje urgente al monarca para que acudiera de inmediato al sitio de la batalla, y encabezara las tropas que iban a entrar en la ciudad derrotada, y fuera declarado victorioso sobre la nación amonita. Con esta actitud, Joab mostró una gran generosidad, ya que no le importó ser reconocido por la conquista de Rabá, sino que prefirió que todos los honores y reconocimientos sean para su gobernante. Tener una actitud como la de Joab, sin duda es difícil para la mayoría de las personas, ya que todos anhelan ser reconocidos por sus esfuerzos. Pese a que sea difícil, los creyentes debemos tratar de vivir despegados de los deseos de sobresalir por encima de otros, no debemos estar al mismo nivel que las personas que no conocen a Cristo, por eso buscan y anhelan ser reconocidos para aumentar su ego. Anhelar que otros sobresalgan, solo es posible con la ayuda del Espíritu Santo que mora en nuestro ser. Porque solo Él nos puede capacitar para negar al yo que mora en nuestro interior a fin de que otros puedan ser honrados. Tener esta actitud nos llenará más que cualquier reconocimiento por parte de los hombres, ya que tendremos el reconocimiento de nuestro amado Señor.