El 10 de marzo de 2020 Benny Rives escribió en Twitter: “me parece ridículo ir histérico al supermercado a comprar provisiones para la pandemia pudiendo esperar a que todo colapse y llevármelo gratis rompiendo la cristalera con un bate. A ver si pensamos un poquito que es de primero de apocalipsis”.
Casi veinte días después siguen apareciendo muchísimos chistes en todo el planeta: chistes de padres consternados ante los cierres de colegios, chistes sobre los aprovisionamientos en los supermercados, sobre lavarse las manos, sobre las mascarillas, sobre la muerte...
¿Por qué funcionan tan bien los chistes sobre el coronavirus? Nos lo cuenta Jaime Rubio, de Verne.