Dentro del Cajón de músicas cabe de todo: ciencia, cómics, biografías, sociología, viajes, tecnología, historia, cine, literatura o pintura. En dos frenéticos minutos se explica un hecho singular. El resto del tiempo está dedicado a la música que habla del tema elegido, escogida siempre con criterios de máxima calidad y ciñéndose escrupulosamente a la cuestión.
La faceta más conocida de la obra de Raymond Scott fue la música incidental para dibujos animados, que fue utilizada para los sketches de Bugs Bunny, Porky o el Pato Lucas.