Paso a Paso a la Eternidad.

EL AMOR VERDADERO Desde la adolescencia, miles y miles de personas alrededor del mundo, empiezan a buscar el amor verdadero para sus vidas. Un amor que cumpla con la mayor parte de sus expectativas y demandas. Un amor que llene el vacío que sienten en su interior. La mayoría lo buscan en otras personas, algunas en los animales, y otras, en las cosas existentes en este universo. Cuando encuentran lo que han estado buscando, sienten que han encontrado el amor verdadero para toda su existencia. El amor verdadero no se encuentra en las personas, o en los animales, ni tampoco en alguna cosa existente en este universo, porque el amor verdadero se encuentra únicamente en Dios, esto lo afirma el apóstol Juan: “En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.” 1 Juan 4:10 NTV. El verdadero significado del amor y la verdadera fuente de la vida no se encuentra en la afectividad de las personas, animales o cosas, porque el amor y la vida se descubren únicamente en la cruz. Dios mostró su amor por la humanidad al enviar a su Unigénito Hijo Cristo Jesús a este mundo, para que entregara su vida en la cruz como propiciatorio por los pecados de la humanidad. Esta manifestación de amor verdadero, no fue porque la humanidad lo haya amado, ni tampoco porque lo haya merecido. Esta manifestación fue porque Dios verdaderamente amaba a la humanidad a pesar de que no lo merecía. El amor de Dios en contraste al amor humano es totalmente desinteresado, gratuito y generoso. Él ama a la humanidad no a título de reciprocidad, sino espontáneamente, porque su naturaleza es todo amor. Por ese amor desinteresado, entregó a su Hijo en manos de hombres pecadores y lo abandonó a la muerte, porque la misericordia divina no perdona ni siquiera al ser más amado con tal de atraer hacia sí a la humanidad que quería salvar. Para entender realmente el significado del amor debemos vernos a nosotros mismos como pecadores, objetos de la ira de Dios, sin embargo, gracias al sacrificio de Cristo en la cruz, somos justificados de nuestros pecados y liberados de toda condenación. El verdadero amor por más que busquemos, no lo encontraremos en las cosas de este mundo, porque ninguno de ellos va a poder entregar todo por amarnos y menos liberarnos de la condenación eterna. Si buscamos el amor verdadero, solo lo encontraremos en Aquel que fue capaz de entregar todo por nosotros, pese a que no lo merezcamos. Dios es el amor verdadero, Quien entregó todo por nosotros. Él es el único que puede llenar cualquier vacío que tengamos en nuestro interior. Por esa demostración perfecta de amor verdadero, amemos a Dios con todo nuestro ser, y consagremos nuestras vidas completamente a Su servicio.