Algunos –pocos– resurgen de sus cenizas y lo hacen de forma majestuosa. La mayoría de los especímenes que aparecen en el ecosistema digital se desarrollan de forma pausada, callada y discreta: de huevos a gallinas, poco a poco. Otros que parecían muertos, resucitan de repente y lucen espléndidos en su nueva vida. Muchos, y más de una vez, querrían ser como el fénix para renacer victoriosos de la catástrofe.
Algunos –pocos– resurgen de sus cenizas y lo hacen de forma majestuosa. La mayoría de los especímenes que aparecen en el ecosistema digital se desarrollan de forma pausada, callada y discreta: de huevos a gallinas, poco a poco. Otros que parecían muertos, resucitan de repente y lucen espléndidos en su nueva vida. Muchos, y más de una vez, querrían ser como el fénix para renacer victoriosos de la catástrofe.
Confían en que lo mejor para que no les vean es esconder la cabeza. Timoratos, apocados, temerosos que sueltan sus mensajes en las redes y si despiertan reacciones se esconden y desaparecen. Algunos, incluso, anuncian públicamente que se van, aunque luego vuelven y sacan de nuevo la cabeza. En cualquier caso, el avestruz es una de las aves más grandes y a menudo se olvida de que, con esa envergadura, no es fácil desaparecer.
Confían en que lo mejor para que no les vean es esconder la cabeza. Timoratos, apocados, temerosos que sueltan sus mensajes en las redes y si despiertan reacciones se esconden y desaparecen. Algunos, incluso, anuncian públicamente que se van, aunque luego vuelven y sacan de nuevo la cabeza. En cualquier caso, el avestruz es una de las aves más grandes y a menudo se olvida de que, con esa envergadura, no es fácil desaparecer.
Confían en que lo mejor para que no les vean es esconder la cabeza.
Timoratos, apocados, temerosos que sueltan sus mensajes en las redes y
si despiertan reacciones se esconden y desaparecen. Algunos, incluso,
anuncian públicamente que se van, aunque luego vuelven y sacan de nuevo
la cabeza. En cualquier caso, el avestruz es una de las aves más grandes
y a menudo se olvida de que, con esa envergadura, no es fácil
desaparecer.
Confían en que lo mejor para que no les vean es esconder la cabeza. Timoratos, apocados, temerosos que sueltan sus mensajes en las redes y si despiertan reacciones se esconden y desaparecen. Algunos, incluso, anuncian públicamente que se van, aunque luego vuelven y sacan de nuevo la cabeza. En cualquier caso, el avestruz es una de las aves más grandes y a menudo se olvida de que, con esa envergadura, no es fácil desaparecer.
Algunos –pocos– resurgen de sus cenizas y lo hacen de forma majestuosa. La mayoría de los especímenes que aparecen en el ecosistema digital se desarrollan de forma pausada, callada y discreta: de huevos a gallinas, poco a poco. Otros que parecían muertos, resucitan de repente y lucen espléndidos en su nueva vida. Muchos, y más de una vez, querrían ser como el fénix para renacer victoriosos de la catástrofe.
Algunos –pocos– resurgen de sus cenizas y lo hacen de forma majestuosa. La mayoría de los especímenes que aparecen en el ecosistema digital se desarrollan de forma pausada, callada y discreta: de huevos a gallinas, poco a poco. Otros que parecían muertos, resucitan de repente y lucen espléndidos en su nueva vida. Muchos, y más de una vez, querrían ser como el fénix para renacer victoriosos de la catástrofe.
Los madrugadores, los tempraneros, quienes despliegan toda su energía
desde primera hora de la mañana y se acuestan pronto porque en la tarde
ya se encuentran agotados.