El ladrón de la Web. Es señal de malos augurios, por lo que nadie quiere verlo cerca. No respeta el trabajo de los demás y no sigue el código de conducta que aconseja citar a aquella persona que ha descubierto un buen contenido o que ha sido ingenioso con una frase ocurrente. Si ven algo que les gusta, lo copian, lo pegan y se lo apropian. Sin miramientos. Hay cuentas que están especializadas en vivir del material que otros crean o localizan.
El ladrón de la Web. Es señal de malos augurios, por lo que nadie quiere verlo cerca. No respeta el trabajo de los demás y no sigue el código de conducta que aconseja citar a aquella persona que ha descubierto un buen contenido o que ha sido ingenioso con una frase ocurrente. Si ven algo que les gusta, lo copian, lo pegan y se lo apropian. Sin miramientos. Hay cuentas que están especializadas en vivir del material que otros crean o localizan.
El ladrón de la Web. Es señal de malos augurios, por lo que nadie quiere verlo cerca. No respeta el trabajo de los demás y no sigue el código de conducta que aconseja citar a aquella persona que ha descubierto un buen contenido o que ha sido ingenioso con una frase ocurrente. Si ven algo que les gusta, lo copian, lo pegan y se lo apropian. Sin miramientos. Hay cuentas que están especializadas en vivir del material que otros crean o localizan.
Hablan, hablan y hablan sin esperar respuesta alguna. Muchas cuentas en las redes sociales son puras cajas de resonancia de notas de prensa, teletipos automáticos y comunicados oficiales. Su única forma de dialogar es el monólogo; nada les interesa más que escucharse a ellos mismos. Aún así, muchas veces por lo que representan, obtienen miles de seguidores. Es mejor dejarles hablar solos a que interrumpan con sus ruidos el resto de trinos del bosque.
Hablan, hablan y hablan sin esperar respuesta alguna. Muchas cuentas en las redes sociales son puras cajas de resonancia de notas de prensa, teletipos automáticos y comunicados oficiales. Su única forma de dialogar es el monólogo; nada les interesa más que escucharse a ellos mismos. Aún así, muchas veces por lo que representan, obtienen miles de seguidores. Es mejor dejarles hablar solos a que interrumpan con sus ruidos el resto de trinos del bosque.
Hablan, hablan y hablan sin esperar respuesta alguna. Muchas cuentas en las redes sociales son puras cajas de resonancia de notas de prensa, teletipos automáticos y comunicados oficiales. Su única forma de dialogar es el monólogo; nada les interesa más que escucharse a ellos mismos. Aún así, muchas veces por lo que representan, obtienen miles de seguidores. Es mejor dejarles hablar solos a que interrumpan con sus ruidos el resto de trinos del bosque.
Hablan, hablan y hablan sin esperar respuesta alguna. Muchas cuentas en las redes sociales son puras cajas de resonancia de notas de prensa, teletipos automáticos y comunicados oficiales. Su única forma de dialogar es el monólogo; nada les interesa más que escucharse a ellos mismos. Aún así, muchas veces por lo que representan, obtienen miles de seguidores. Es mejor dejarles hablar solos a que interrumpan con sus ruidos el resto de trinos del bosque.
Porta los mensajes de los dioses, de los poderosos. Está más extendido a lo largo de América y es el intermediario que cuenta aquello que nos quieren transmitir los moradores del cielo. Pero muchos otros habitantes de este aviario saben de su influencia y también procuran su amistad para así, aprovechar la relación del cóndor con el poder y enviar mensajes de vuelta.
Porta los mensajes de los dioses, de los poderosos. Está más extendido a lo largo de América y es el intermediario que cuenta aquello que nos quieren transmitir los moradores del cielo. Pero muchos otros habitantes de este aviario saben de su influencia y también procuran su amistad para así, aprovechar la relación del cóndor con el poder y enviar mensajes de vuelta.
Porta los mensajes de los dioses, de los poderosos. Está más extendido a lo largo de América y es el intermediario que cuenta aquello que nos quieren transmitir los moradores del cielo. Pero muchos otros habitantes de este aviario saben de su influencia y también procuran su amistad para así, aprovechar la relación del cóndor con el poder y enviar mensajes de vuelta.