NO ESTAMOS SOLOS. Cuando las aflicciones llegan a nuestra vida, por lo general sentimos que no podemos contar con alguien que nos pueda ayudar. Alguien que nos pueda consolar y alentar para seguir adelante y no quedarnos derrumbados por las aflicciones. En esos momentos difíciles nos sentimos tan solos que nos olvidamos también de Aquel que nos puede ayudar a salir victoriosos de cualquier aflicción que nos pueda sobrevenir...